lunes, 28 de noviembre de 2016

Pérdidas

Sé que no pierdo nada. Sé que tú pierdes mucho. Bueno, quizás yo también pierdo bastante, pero solo es algo que nunca fue mío. Creo que estoy intentando tener un poco de egocentrismo por primera vez en mi vida a costa de no sentirme mal por esto. Porque me duele. Me duele volver a pasar por lo mismo y sentir más de lo que debería. Me duele saber que la persona que quiero es tan temerosa que, simplemente, no se atreve a dar el siguiente paso. Saber que, de alguna forma, hice un esfuerzo, pero no fue lo suficiente. Me duele que el amor no correspondido esté sobre mí como una maldición. Quiero dejar de sentirme así, y quiero saber que alguien me quiere tanto como yo a él. Quiero que alguien no tenga miedo de lo que siente por mí y no despierte al día siguiente inseguro de cómo debería tratarme. Quiero dejar de llorar por alguien y, en vez de eso, sonreír porque me hace feliz.

Por eso me gusta pensar que tú perdiste mucho y yo no perdí nada. Porque yo te quiero, y te habría querido (mucho más) como nadie te quiso antes, de eso tengo certeza. Pero yo también perdí. Perdí porque es muy probable que la idea de quererme como nadie me ha querido antes ni siquiera pasó por tu mente.

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